viernes, 29 de enero de 2010

Cuadra o Lozano, el dilema de LARF, títeres pan y circo.


Al paso de los días las actividades políticas en la entidad, van tornándose más sólidas y desafortunadamente, menos escrupulosas entre los individuos que tienen la intención de “traer el progreso” a la entidad, los municipios y “renovar” el Congreso del Estado.

Pasándose por el arco del triunfo lo que la ley marca respecto a los tiempos y las formas, estos individuos disfrazando su interés, llevan a cabo actividades proselitistas sin que nadie, absolutamente nadie, les diga nada -y el Gobierno haciéndose el occiso- Las porras para unos y otros, son evidentes en los diferentes medios locales, los cuales entreabren el telón del drama electoral para el año 2010, donde las súper estrellas, harán gala de sus dotes histriónicos, esa es la política en México, ese es el show en Aguascalientes, el pequeño estado con grandes políticos donde la verdad, ya no caben.

Dos en especial, son del interés del mandatario estatal, Raúl Cuadra y Carlos Lozano, en quienes el gober aguascalentense alcanza a visionar su salvación, por que sabe muy bien que de llegar sus opositores, sus enemigos (incluso los del propio partido Acción Nacional) corre el riesgo de que le llamen a rendir cuentas de los asuntos pendientes que actualmente están escondidos en “el archivo muerto”.

Para empezar Luis Armando no tiene argumentos para negar la visible “venta de la plaza” para alguno de los grupos del crimen organizado que distribuyen aquí su producto que cada vez envenena a más y más personas. Jamás se ha pronunciado por la investigación de los respetables empresarios que con dinero sucio, se dan el lujo hasta de tener fraccionamientos y vender casas. El derroche de recursos para la promoción de su imagen en ciertos medios de comunicación privilegiados que son cómplices de su farsa ha llegado a cantidades increíbles, además de que ha logrado que la podredumbre de su deshonesto gobierno se derrame en los más absurdos caprichos “por el bien de Aguascalientes”.

Raúl Cuadra o Carlos Lozano, el gober juega con dos cartas, el titiritero y sus títeres en previa función de circo. El primero ex colaborador, el segundo amigo de intereses definidos, ambos caballos de carreras del mismo dueño, del mismo apostador.
Carlos Lozano o Raúl Cuadra, pero ni mencionar al otro hipócrita y falso de apellido Orozco, quien con dinero sacado de sabrá dios donde, ha logrado mantener un ejército de seguidores que lo idolatran, lo defienden y lo postulan más que como político como un santo; un santo de esos de los que la iglesia católica acostumbra, un santo producto del arrepentimiento, surgido del bajo mundo del pecado y que arrepentido busca ganarse el cielo haciendo el bien a los demás, aunque sea por medio de la gubernatura de Aguascalientes. ¿De dónde sale el dinero que Martín Orozco utiliza para su precampaña?; ¿A quienes les interesa que llegue?

Pero ese es el mundo de la política, del gobierno, del que dice hacer lo mejor para “el bien común”, donde se vale todo con tal de seguir teniendo el poder en manos de unos cuantos, mientras el pueblo sigue pagando las consecuencias.