domingo, 8 de abril de 2012

Bonito León Guanajuato


“Aquí no existe el boulevard de los sueños rotos de Sabina, pero si la promesa de susurrar a la orilla de la chimenea de las ladrilleras que humean para no olvidar que los ojos lloran no solamente de tristeza o de alegría.”

Cuando se descubre que la vida es más sencilla que pelar un plátano con los ojos cerrados, descubrimos la sencillez de saciar el hambre sin importar el bocado. A cada fin de semana se agregan otras aventuras y las desilusiones y desesperanzas duermen juntas en la misma cama donde reposan los sueños del día de mañana, unos suaves otros inquietos, así como el tráfico que sofoca el asfalto de los bulevares y toca las melodías de sirenas desesperadas, algunas temperamentalmente agitadas, otras jocosamente mexicanas.

La ciudad de León, en el estado de Guanajuato, brilla todo el día; en la sonrisa de una niña que se asoma por la ventana de un camión urbano que la transporta a su escuela, en el “buenos días” de la abuela que apresura sus lentos pasos a la iglesia; aquí no se tiene arco del triunfo para cometer la travesura, se tiene Arco de la Calzada para enderezar el rumbo y hasta un “puente del corazón” para entretener el ocio.

En León, puedes devorar una guacamaya sin que llegué la sociedad protectora de animales que, como en otros estados, defiende más la fauna de otra especie más ignorante: la política.

León con garras de terciopelo, con melena alborotada, León panza verde, gritón, visceral, emotivo con o sin gol pero con estadio a reventar. León para todos, para los fieles devotos a última cena, para los fieles devotos a la carne y su concupiscencia.

León de pieles finas de artesanos hechos a mano, con dedos cicatrizados por la vida en un pespunte barato, pero suficiente para alimentar al día a la sagrada familia.

León dócil acechante que recuerda que “las amarguras no son amargas cuando canta Chabela Vargas y las escribe un tal José Alfredo".

Algún día, estoy seguro “partiré canturreando le diré a todo el mundo lo que tu me quisiste” lo demás, los desdenes quedarán grabados en algún par de botas que marcaran mis pasos dejando la huella marcada de mi amor por ti, bonito León Guanajuato.