Los medios de comunicación no se cansaron de repetir una y otra vez, un hecho que los mexicanos evidenciábamos desde hacia tiempo en nuestro país: Calderón “suplica” ayuda contra los narcos a Estados Unidos; ello según la revelación de uno de los cables del famoso Wikileaks (que para muchos políticos se ha convertido en wakalás) que durante los noticieros matutinos estuvieron comentando diferentes conductores y periodistas, todo en relación a la visita relámpago de Hillary Clinton a México, específicamente al estado de Guanajuato, donde se reunió con Canciller mexicana Patricia Espinoza, para abordar los temas de inseguridad en la frontera de nuestro país con el suyo y de paso, hablar sobre “el calentamiento Global”. Pero, me refería a los cables wikileanos, por que se dio a conocer el día de hoy, que el diario español El País, en su sitio web, publicó información referente al interés de parte de las autoridades mexicanas para obtener ayuda de EUA en el combate al crimen organizado.
Derivado de ello surgen demasiadas preguntas acerca de la infiltración de agentes extranjeros en nuestra nación que, sin lugar a dudas han estado realizando trabajo de inteligencia para “proteger” sus intereses muy particulares, el hecho revela una estrategia de espionaje donde se incluyen nombres de políticos y autoridades de rango entre otros personajes de altas esferas que jamás conoceremos los ciudadanos quizá por nuestro propio bien.
La llamada guerra contra el narco, ha provocado un sinfín de reacciones, buenas, malas, pesimistas y optimistas, pero hasta ahora, ninguna que satisfaga la inquietud de los mexicanos afectados; la discapacidad de las autoridades mexicanas, los casos de corrupción, los intereses políticos, las precarias condiciones de vida de la mayoría, son temas muy importantes en este caso y si a ello se le agrega la falta de cultura y educación, entramos en una espiral de contradicciones como las que hemos estado padeciendo. En muchos lugares de la provincia mexicana, los pobladores respetan más al capo, que a la autoridad, por que en algún momento ha cubierto una necesidad que el gobierno no ha sustentado.
¿Cuántos intereses se mueven alrededor del narcotráfico en nuestro país?; cuántos intereses de índole político y económico están ligados a esta actividad ilícita; pero más allá de esto, se ha preguntado cómo es que Estados Unidos podría colaborar para disminuir la ráfaga de violencia sin intervenir en asuntos políticos, por que “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”.
Guanajuato es entonces un sitio “neutro”, donde reina la paz hasta que brinque el alacrán.
Diluyamos nuestra preocupación con el dialogo que jamás escucharemos entre la Canciller Mexicana y la funcionaria estadounidense:
Hillary: Ehm, Paty, como ver tu que nosotros enviar a un doble de Bin Laden a su país para que nos autoricen invadir con nuestros marines y simular una guerra antiterrorista, así la gente se olvidará de la narco violencia.
Patricia: Hillary que bien te vez, pero antes dime, ¿Cómo está el garañón de tu marido?
Hillary: Bien, well, mira, te decía que será necesario que mecsicou, forme parte de los Estados Unidos de America, así ustedes estarán mas seguros, serán como nuestro patio chico.
Patricia: Oye y acá entre nos, ¿Crees que le den un Oscar a González Iñarritu por su peli?, o mejor aún ¿crees que podamos conservar la presidencia de la República así como vamos?
Hillary: Cambiemos de tema, Paty, ¿como andan en eso del calentamiento?
Patricia: ¡Uy! Hillary, la gente anda retecaliente con eso de que el presidente declaró la guerra al narco y no ha visto una ganada, si no puras mermas. Pero mejor dime, ¿Ya viste las momias de Guanajuato?
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