jueves, 10 de marzo de 2011

Sonreír por tantas cosas...

Reír con facilidad debería ser tan natural como respirar, claro está sin llegar al extremo patológico de andar a carcajada suelta en todas partes sin motivo alguno, de lo contrario estaríamos en riesgo de ser catalogados “diferentes”; sonreír sería entonces lo adecuado, sonreír por todo y por nada, sonreír a pesar de, sonreír aunque se tenga la telaraña mental de que las cosas no están funcionando como uno desea. Tengo la fortuna de conocer a varias personas que sonríen de manera tal, que parece que sus ojos se iluminan, ¿tú conoces gente así? ello es todo un fenómeno puesto que son personas que llaman la atención cuando están en algún sitio.

De hecho está comprobado que guardar la calma frente a una persona que se encuentra alterada por algún motivo “x” (de esos abundan muchos) ayuda a que ese individuo comience a bajar la guardia. Sonreírle a alguien desconocido cuando llegas a una oficina o algún sitio público mientras aguardas tu turno te hace menos cansado el lapso de espera, pero, ¡cómo diantres sonrío frente al tránsito municipal que está infraccionándome aunque le esté dando argumentos convincentes! Eso es difícil, como es difícil sonreír ante una tragedia, también es complicado sonreír frente a una injusticia… pero déjame decirte algo, regularmente es complicado sonreír frente a situaciones como estas por que la mayoría de las veces las estamos padeciendo nosotros. Siempre estamos pensando en “lo mío” sin importar “los demás”, esto es natural por que la dinámica social nos exige estar alerta ante los que gustan de aprovecharse de la buena voluntad, pero eso no es un pretexto para reflexionar y sonreír de manera interna.
La naturaleza nos enseña tantas cosas, que por su sencillez, rara vez las tomamos en cuenta. No necesitamos vivir en el campo para apreciar la naturaleza, sus expresiones, colores y formas. Los niños sonríen continuamente, su sonrisa es brillante, pulcra, sin hipocresías.

¿Recuerdas que te hacía sonreír de pequeño?, ahora como adulto tus prioridades han cambiado, tienes cosas que te hacen sonreír, te has contestado por qué te hacen sonreír esas cosas, personas o espacios… no, no lo hemos analizado por que la sonrisa aflora de manera natural, la vida es simple así me han enseñado grandes personas a través de mi vida, pero somos nosotros quienes insistimos en complicarnos la existencia.

El mal humor nos aleja de las personas que queremos o de las que nos interesa conocer, incluso nos quita oportunidades, pero eso no es motivo de preocupación, por que esas oportunidades como menciona la maestra Conny Méndez en sus libros de metafísica, si son nuestras llegarán a nuestras vidas de cualquier manera, entonces ¿por que hacerlo mas complicado? Sonreír abre puertas, ofrece cambios, entrega paz y quietud ante la adversidad.

Sonreír es verdad no cambia al mundo ni sus formas, solamente cambia nuestra actitud en la vida, sonreír cambia nuestro mundo personal, nuestro universo, pensando así, podemos deducir que entonces yo soy el principio de mi vida, uno es el principio, lo demás vendrá después y estaré sonriendo para recibirlo. ¿Y tú?

1 comentario:

Aruwiri dijo...

Excelete post, carnalito. Muchas felicidades.
Aquí estamos... nos guste o no, pero de nosotros depende el como!.